«Se cierra la puerta.

Abandonas tu vida,

dejas atrás los únicos cimientos que has conocido

y empiezas a andar.

Cada kilómetro de asfalto te arde en el pecho,

cada semáforo que parpadea tambalea tus lagrimales,

y te sientes mas niña que nunca.

A lo mejor madurar es entender que puedes decir adiós sin irte

e irte sin decir adiós.

Despacio.

Vamos a ir poquito a poco.

No se aprende a ser fuerte de una noche a un amanecer,

no se aprende a ser valiente al correr por delante del miedo.

[…]

«Vas a llegar lejos»,

retumban palabras en pecho izquierdo….»

Loreto Sesma