Mi último viaje como erasmus ha sido a Estambul. Una ciudad completamente diferente a todas las que he visto anteriormente.
Una ciudad con parte europea y parte asiática.
Una ciudad con una cultura muy diferente a la nuestra.
Una ciudad grande, con más de 14 millones de habitantes.
Una ciudad que me ha dejado sin palabras.
Antes de ir a la ciudad que unía oriente con occidente, no pensaba que me iba a sorprender tanto. A pesar de las condiciones climatológicas la vimos de cabo a rabo.
Lo que más me ha sorprendido es que allí también me he encontrado un ACUEDUCTO! Increíble, ¿verdad?
Llegamos hasta él gracias a un señor muy amable que nos explicó cómo teníamos que ir desde la estación de autobuses hasta el centro. Nos preguntó de qué ciudad española éramos, él había visitado España y cuando le dijimos que éramos de Segovia, nos dijo: «hay un Acueducto en la ciudad», yo no me lo creía… (Aunque tampoco hubiera sido tan raro porque los romanos también invadieron la antigua Constantinopla).
Este Acueducto se llama el Acueducto de Valente. De origen romano, está situado en la parte europea de Estambul. Tiene 20 metros de altura (10 metros más bajo que el nuestro). En su origen tenía 1 km de longitud, pero actualmente solo se conservan 600 metros. Los materiales utilizados fueron piedras que se obtuvieron de la muralla que había en la ciudad de Calcedonia.
Los coches pasan por debajo de los arcos como hace muchos años ocurría en Segovia.
Sigo sin ser objetiva… Como el nuestro no hay ninguno! 🙂
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