Este lunes he tenido la suerte de poder presentar Segovia a estudiantes de español nivel C1 de mi universidad, l’ Université Catholique de l’Ouest (Uco para los amigos).
Son chicos de segundo de carrera, por lo que se encuentran en el ecuador de sus estudios ya que aquí la carrera es de 3 años y el máster de 2 años. Lo bonito era que se juntaban de diferentes grados para aprender español, ya que estudiaban especialidades diferentes.
Empecé hablando sobre el proyecto de «Jóvenes embajadores de Patrimonio Mundial» y de la OCPM, se les veía muy interesados en el proyecto, además al presentarlo yo, compañera de universidad, lo hacía mucho más cercano. Seguí hablando de Segovia, de su rico patrimonio, del impresionante Acueducto, de los festivales y la activa vida cultural de la ciudad, de sus paseos verdes a tan solo unos pasos del centro histórico que te llenan de paz…y de mi experiencia, de cómo me había ido enamorando poco a poco de esta pequeña ciudad hasta tenerme hoy en día conquistada del todo. Vimos un vídeo realizado por Turismo de Segovia (ya que una imagen vale más que mil palabras) y estaban impacientes por saber por qué se rompía el plato al partir el cochinillo. ¡Les pareció muy curioso!
Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Nunca antes había percibido tanto interés en las miradas de todos los alumnos, y ya me dijeron mis padres, ambos profesores, que eso era muy difícil.
Al final de la presentación, una estudiante me preguntó cómo llegar a Segovia. Aunque no os lo creáis. en menos de 3 horas podría estar contemplando el Acueducto viniendo en avión desde Nantes y, después, cogiendo el Ave hasta nuestra ciudad.
Quiero agradecer a la profesora Mme. Carré por dejarme compartir este proyecto con unos alumnos tan aplicados.
Nos vemos pronto, puede que os haga viajar un poco en el próximo post.
Sed buenos,
Karen
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