Si algo bueno tiene un Erasmus es que viajas y conoces otras culturas. O eso intentas, aunque los exámenes y las clases no te lo faciliten demasiado. Y qué mejor manera de viajar que jugando a la Oca. Bueno… ya sabéis, «De Oca a Oca y tiro por que me toca.» Pues esta vez, de «Segovia, Patrimonio de la Humanidad a Varsovia, Patrimonio de la Humanidad.» El nuevo juego de la UNESCO.
El centro histórico Varsovia fue totalmente destruido en 1944 por el ejército Nazi Alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, los propios varsovianos reconstruyeron todo el centro histórico en tan solo 5 años gracias a las pinturas y a los restos de algunas casas. Por lo que actualmente podemos ver una obra arquitectónica muy impactante, ya que fue derruido como consecuencia de una Guerra Mundial, pero reconstruido hace pocos años siguiendo la estética que existía antes de la guerra. Por su historia y su belleza, la UNESCO nombró Varsovia como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1980.
Varsovia es una ciudad muy amplia y está muy bien cuidada. Los polacos tienen un gran sentimiento de pertenencia y orgullo por su país, ya que sufrieron juntos una invasión y se volvieron a poner en pie todos unidos y orgullosos de su bandera, la que aparece en la foto. Esta foto está tomada en el Palacio de la Cultura y de la Ciencia, que en su día fue el Palacio de Stalin.
El nivel económico es más bajo que en Francia o en España, y la moneda nacional es el Zloty polaco. Si algún día os apetece como a mi jugar a esta «Oca» y recorrer el mundo de «Ciudad de Patrimonio Mundial de la Unesco en Ciudad de Patrimonio Mundial de la Unesco, y viajo porque me encanta», os recomiendo que no cambiéis dinero en los bancos españoles, ya que cobran bastante comisión. Lo mejor es que busquéis allí mismo un Kantor para hacer el cambio y que al principio paguéis con tarjeta de crédito. Ni se os ocurra hacer el cambio en los aeropuertos, ya que encontraréis el peor cambio de todo el país. Al ser la vida más barata y al gustarme casi todo de comer, decidí probar la gastronomía polaca. Cada día, veía un menú que rondaba los 20 zlotys, lo que equivale a menos de 5€, me pedía el menú sin saber lo que ponía ni lo que me iba a tocar comer, ya que no tengo ni idea de polaco (aunque ya controlo las palabras clave como «Hola», «Gracias», y «Dos cervezas, por favor.») Cada día era una sorpresa, y tengo que admitir que todas las sopas que entraban como primer plato del menú eran maravillosas. Sopas muy consistentes con pan, bacon o pepinillos, acompañadas de un segundo plato de carne o pescado.
Tras pasar unos días en Varsovia, cogimos un avión para conocer el mar Báltico, nos fuimos a Gdansk, llamado «la perla del báltico», una ciudad con un centro histórico pequeño pero precioso. Adjunto una imagen con la ría que entraba y las casitas típicas.
He visitado bastantes ciudades europeas a lo largo de mi vida, y creo que esta entraría en el Top 10. Tiene un encanto muy especial con los barcos que entran, las casas de colores y la venta de ámbar en cada esquina. Como aunque sea Castellana de nacimiento, necesito mar en mi vida y hacía mucho que no lo veía, me escapé a una ciudad cercana para ver el Mar Báltico y no conformarme solo con una ría.
¡Llegamos a Sopot!
Sopot era conocida como ciudad Balneario, ya que a principios del S.XX se concentraban muchos balnearios de lujo en primera línea de playa. En 1927 se construyó el muelle de madera más largo del mundo, el que veis en la foto de arriba, de más de 500m.
Si os ha gustado esta aventura, podéis jugar conmigo a la Oca e ir a visitar las Ciudades de Patrimonio de la Unesco. Os aseguro que no os arrepentiréis, aunque ya sabéis que tengo una predilecta y que la llevo conmigo a cualquier parte del mundo, y aunque esta vez me haya llevado un segoviano de compañero de viaje, no puedo dejar de pensar en Segovia esté donde esté.
Así que dadme la mano y vamos a darle la vuelta al mundo.
Nos vemos pronto, sed buenos. Un abrazo así de grande:
Karen
Deja una respuesta